miércoles, 4 de febrero de 2009

EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

La respuesta negativa ante este cuestionamiento resulta ser sumamente fácil, pero que requiere sustentar razonablemente los fundamentos que orientan el aprendizaje hacia la tendencia mundial de la educación, ya que se centra en el desarrollo de competencias de un mundo globalizado e inmerso en un constante cambio y diverso, el cual no da margen al aprendizaje estático, preconcebido y limitativo; situación que obliga a una revisión visionaria de los marcos teóricos del aprendizaje y sus implicaciones necesarias para el desarrollo de competencias del mundo actual y futuro de nuestros estudiantes.

Xavier Vargas aborda la complejidad del aprendizaje en un exhaustivo y sustancioso análisis de las diversas teorías del aprendizaje, estableciendo que las competencias solo son desarrolladas cuando se tiene una concepción clara y visionaria del aprendizaje significativo y situado en la realidad.

Todo propósito educativo tiene un logro determinado que da pauta al accionar estudiantil motivado por la estrategia docente para ello, por lo que la conceptualización de competencias es fundamental, la cual no debe ser asumida de manera simple sino profundizar hasta donde sea posible en el entender de la complejidad que ello implica, ya que los grandes e intensos cambios tecnológicos están reconfigurando radicalmente los mundos socioeconómicos en los que se convive, y que por lo tanto debemos desarrollar competencias para adaptarse a esta nueva realidad, donde las capacidades engloban diversas áreas que integran la vida, como es el desarrollo laboral, personal y social.

Una aproximación al concepto seria “Competencia es la capacidad para movilizar saberes en un contexto determinado, en la acción y con éxito, para satisfacer necesidades, atender situaciones, resolver problemas, tomar decisiones y/o lograr objetivos”. Si este logro educativo (Competencia) no es tan simple, entonces el concepto de aprendizaje para el desarrollo de las mismas, no puede ser tan trivial como una incorporación de contenidos o adquisición de saberes, ya que deja fuera la dinámica propia del ser humano en tanto proceso de autoconstrucción de sí mismo y de su entorno. En este sentido, cuando hablamos de aprender se trata de una praxis del ser humano que está optando por una forma concreta de apropiación de la realidad del mundo que le resulta significativa, es un proceso de descubrimiento de significados personales sobre la realidad que se percibe, es decir un proceso que va más allá de sólo incorporar al estudiante conocimientos provenientes de la realidad, ya que se tarta de un acto intelectual de apropiación de la realidad construida para asimilarla a la propia estructura cognitiva y al mismo tiempo acomodarla a ésta, situación que denota la naturaleza del aprendizaje, donde el estudiante se construye a sí mismo como ser humano.

El razonamiento lógico de que el aprendizaje sólo puede producirse en la acción, implica que debe enfocarse a la realidad misma, en cuanto que es el lugar donde acontecen los problemas que se quieren resolver, situación que ignora en toda su magnitud la naturaleza de aprendizaje, en este sentido para que un aprendizaje le resulte significativo al estudiante, este debe estar situado en la realidad experiencial del propio sujeto, lo cual podría entenderse simplemente como el entorno tan amplio o limitado en que deseamos ubicarlo; pero ello no resulta tan simple, porque estamos descuidando la propia naturaleza del aprendizaje, es decir; debemos también situarnos cognoscitivamente dentro de las posibilidades reales del estudiante y dentro de su interés personal, y no solo su contexto de vida (aprendizaje situado = su entorno + el mismo), sin este sustento corremos el riesgo de asumir la existencia de aprendizajes no significativos, lo cual seria un error estratégico ya que evadimos lo que le es significativo para el estudiante.

Por otra parte asumir que lo se aprende son contenidos o saberes (habilidades, destrezas, actitudes y valores), seria un tanto erróneo para el desarrollo de competencias, ya que estas están referenciadas en unidades estructurales de conocimiento (esquemas), lo que no implica el desarrollo de una acción en cuanto a competente, sino como una capacidad de almacenamiento o acumulación, por lo tanto; cuando hablamos de desarrollo de competencias nos referimos a la movilización de saberes es decir, a la habilidad (acción) de un estudiante para actuar en consecuencia en un objeto o situación con conocimiento o no del mismo, mediante habilidades y valores que determinan su actuar. En este sentido un esquema es una totalidad constituida que sirve de base a una operación singular, mientras que una competencia pone en práctica la movilización de los saberes, entendido así, a las competencias como el resultado de la transformación adaptativa de los esquemas de acción, por lo que la acción debe entenderse no sólo como la actividad física externa del sujeto, sino el conjunto de operaciones afectivas, cognitivas que se ven comprometidas en el procesos de encarar la realidad y actuar en ella.

Por lo anterior, los docentes debemos diseñar nuestras estrategias que induzcan un aprendizaje significativo y situado en condiciones problemáticas que motiven la movilización de saberes para desarrollar las competencias acordes a la propuesta educativa de nuestro sistema, creando ambientes y situaciones educativas basadas en el verdadero interés de los estudiantes, ya que la naturaleza del aprendizaje reside en el.

CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE

La concepción del aprendizaje es fundamental para el diseño de las estrategias, ya que ello orienta el accionar del estudiante y la función docente para lograr las finalidades de la RIEMS. Sin embargo, las teorías en sí mismas son insuficientes para dar cuenta de la complejidad que implica el aprendizaje, pero nos pueden ser útiles si las complementamos de acuerdo a la intencionalidad de las competencias.

La teoría del procesamiento de la información si bien hace una analogía entre el sistema de cómputo y los procesos cognitivos de los seres humanos, explica en cierta forma la actividad intelectual necesaria para el desarrollo de capacidades superiores; por su parte la teoría del aprendizaje por descubrimiento, resulta ser fundamental en el desarrollo de competencias del estudiante, debido a que permite la experimentación directa con su realidad de tal forma que la comprende y la estructura en su pensamiento, brindándole la posibilidad de transferirlas a diversas situaciones, aunado a ello, el aprendizaje significativo resulta ser sumamente congruente con las competencias, porque le permite comprender el mundo y por lo tanto influir en el, ya que el estudiante parte con lo que conoce o como lo conoce, estableciendo una relación significativa en su saber.

El cognoscitivismo representa una teoría mas completa que el procesamiento de información, estableciendo que el aprendizaje es un proceso activo con sensibilidad y naturaleza humana, que filtran los estímulos del contexto donde se desarrolla el estudiante y consecuentemente condicionan su interiorización, lo cual es congruente con las competencias al igual que la corriente constructivista, ya que indica que el aprendizaje es una reconstrucción o co-construcción de saberes que le capacitan para continuar aprendiendo de forma autónoma a lo largo de su vida; por su parte el socio-constructivismo, considera al aprendizaje como un proceso personal de construcción de conocimientos nuevos mediante la interacción social para aprender con otros, lo que le permitirá desarrollar relaciones armónicas con quienes le rodean y participar eficazmente en su vida social, profesional y política a lo largo de la vida.

La RIEMS focaliza la función docente al aprendizaje, por ello las teorías respectivas resultan ser fundamentales en desarrollo de las actividades áulicas, desplegando en los bachilleres un desempeño óptimo para comprender el mundo e influir en el, continuar aprendiendo de forma autónoma a lo largo de sus vidas, con relaciones armónicas en su vida social y profesional. Es decir desarrollar las habilidades, el conocimiento y las competencias que deben dominar los estudiantes para tener éxito tanto en la vida personal como en el trabajo, logrando así los objetivos educativos que se pretenden.